Pacta 7 años de cárcel el hombre que rajó la cara a un policía

D. V.
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Armado con una navaja de combate, causó un corte de 18 centímetros a uno de los agentes que acudió a su domicilio en Las Flores tras recibir aviso de un presunto caso de violencia de género

Calle Azalea, ubicada en el barrio de Las Flores. - Foto: Google

El hombre que en enero de 2023 hirió de gravedad a un agente de la Policía Nacional, a quien ocasionó en la cara un corte de 18 centímetros con una navaja de combate y le causó otras lesiones cuando éste acudió a su domicilio por un supuesto caso de violencia de género, ha llegado a un acuerdo con la Fiscalía vallisoletana y las acusaciones para aceptar una condena global de siete años de cárcel por estos hechos.

Aunque la vista de conformidad se celebrará el próximo lunes, día 16 de junio, en la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Provincial, el acusado confeso, Jesús Iganacio F.M, frente a los doce años que inicialmente pedía para él la acusación pública, ya ha pactado asumir una pena de siete años de prisión al reconocerse autor de un delito de tentativa de homicidio, otro de atentado, dos delitos de lesiones y un delito de tenencia ilícita de armas, con las atenuantes derivadas del trastorno de personalidad que afectó a su capacidad volitiva y la de reparación del daño, según el acuerdo al que ha tenido acceso Europa Press.

A la pena de cárcel se suman distintas multas por las lesiones causadas a otros dos de los agentes y las correspondientes prohibiciones de acercarse y comunicar con las víctimas, así como, en concepto de responsabilidad civil, el pago de un conjunto de indemnizaciones por importe global de 75.000 euros.

El incidente se produjo sobre las 12.24 horas del día 7 de enero de 2023 cuando la policía recibió aviso para que se desplazara a una vivienda sita en la calle Azalea, en el barrio de Las Flores, donde se estaba registrando un presunto delito de violencia de género por parte de un hombre hacia su pareja.

"Soy experto en artes marciales"

Desplazados los agentes al inmueble, Jesús Ignacio F.M, quien sufría un trastorno depresivo y rasgos paranoides (le han sido reconocidos como atenuante en los delitos, excepto en el de tenencia ilícita de armas) se asomó a la ventana y al verlos dirigió contra ellos graves amenazas: "Esta vez sí que no voy a salir, como subáis os mato a todos"; "aquí no vais a subir, os voy a matar hijos de puta y ella no va a salir de casa, soy experto en artes marciales"; y todo ello, mientras los funcionarios escucharon los lloros de niños y de la esposa que seguían en la vivienda.

Ante esta situación, los policías iniciaron una negociación con el acusado en cuyo transcurso el acusado aceptó liberar a su mujer y sus hijos. Sin embargo, Jesús Ignacio se negó a entregarse y siguió amenazando de muerte a los funcionarios con gritos del tipo "aquí no vais a entrar, sois unos mierdas, no me vais a detener porque sé artes marciales y os voy a rajar", mientras abría en repetidas ocasiones la puerta de casa esgrimiendo una navaja.

En un momento dado, el acusado acometió con dicha arma a uno de los policías, con el que cayó al suelo, mientras otro compañero tuvo que acudir en defensa del primero con su arma reglamentaria, sin poder evitar que Jesús Ignacio volviera a refugiarse en su vivienda para a continuación, de forma sorpresiva, salir portando la navaja 'Karambit', arma prohibida y muy peligrosa con la que salió a por uno de los funcionarios a quien comenzó a dar estocadas en el hombro y antebrazo izquierdos y con quien cayó enzarzado a suelo.

Fue en ese instante cuando el acusado logró inmovilizar al agente y, con ánimo de acabar con su vida, le acometió en la zona del cuello mientras reiteró su intención de acabar con su vida, hasta que finalmente, no sin mucha dificultad, ser reducido.

"¡Estás muerto, te voy a matar maricón, te vas a morir cabrón, hueles a muerto, eres un mierda, conseguiré matarte, mírame mientras te mueres, quiero que te quedes con mi cara!", son algunas de las amenazas proferidas por encausado, que también ha asumido su culpa por las lesiones sufridas por otros dos compañeros de la víctima principal que acudieron en su defensa y participaron en la detención.



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